San Juan Neumann, 1811-1860 |
Los cuerpos incorruptos, son aquellos que después de la muerte permanecen sin propiedades de descomposición a pesar de no haber sido embalsamados o preservados de forma deliberada.
Podemos distinguir así distintos tipos de preservación: la primera aquella que es milagrosa (o incorruptibles), en segundo lugar aquella que preserva el cuerpo por medios científicos, y la tercera aquella que es natural y/o accidental.
La incorruptibilidad en los santos corresponde a la preservación milagrosa y como tal no obedece a ninguna ley natural ni depende de ninguna circunstancia como por ejemplo la humedad, temperatura, tiempo, minerales, embalsamiento, momificación u otros elementos o técnicas.
San Charbel, 1828-1898 |
En lo que respecta a estos cuerpos algunos se van secando muy lentamente, pero sin las propiedades de la corrupción, aún más algunos de ellos al ser expuestos sus cuerpos han producido fragancias u otros fenómenos que son de carácter milagroso.
Esta incorruptibilidad, sin embargo, no ha estado exento de debate, y la iglesia se reserva la opinión en algunos casos y en otros autoriza su veneración. El papa Benedicto XIV en su obra “Sobre la beatificación y canonización de los beatos y siervos de Dios” en el capítulo sobre “De Cadaverum Incorruptione” explica las condiciones que debe reunir tal incorrupción para considerarlo signo de santidad, entre ellos el aroma, la flexibilidad de la piel y articulaciones, los órganos y la sangre.
Beato Sebastian de Aparicio 1502-1600 |
Actualmente algunos cuerpos de santos incorruptos se han cubierto con cera, u otros tratamientos, esto se dio específicamente por la llamada “caza de reliquias” en que los cuerpos de los santos eran maltratados debido a la obtención de alguna parte de su cuerpo para dejarlas como relicario, también ha sucedido que algunos cuerpos después de cientos de años han comenzado a descomponerse, por ello los cubren para que su deterioro sea aún menor, aun así no se debe malinterpretar esta incorruptibilidad, ya que no todos los cuerpos son encontrados en las mismas condiciones y circunstancias.
Aquí te dejamos solo cuatro ejemplos, algunos han recibido tratamiento, pero aquellos que han recibido tratamiento siguen asombrando por sus cualidades milagrosas y hechos inexplicables.
Santa Bernardita, 1844-1879 |
San Juan Neumann, 1811-1860, Cuarto Obispo de Filadelfia, USA. Fue beatificado por el Papa Pablo VI el 13 de octubre de 1963 y canonizado por el mismo Papa sobre el 17 de junio de 1977.
San charbel, 1828 -1898, es un santo católico maronita libanés del siglo XIX, él fue enterrado sin ataúd, después de 70 años mantuvo su flexibilidad, emite constantemente un bálsamo perfumado.
Beato Sebastián de Aparicio, 1502-1600, Murió en el 1600 a los 93 años de edad, permanece en en el convento franciscano de Puebla de los Angeles, México.
Santa Bernardita de Soubirous, 1844 – 1879, posee una pequeña capa de cera en el rostro, en 1925 se hizo un reconocimiento de su cuerpo para declararla venerable, se mantenía con la piel elástica y flexible.